Ni más, ni menos, equivocarse.



Cuando crecés, te presentan la idea de que corrés el riesgo de estar condenado al fracaso, te colocan al error como un enemigo, como el punto más distante que tenés que tener en tu vida, como el fantasma que tenés que esquivar, como la piedra con la que no debés tropezar.

En cambio, me pregunto cuánto realmente se aprende de un éxito, o cuántos errores tuviste que superar para llegar al éxito. 
El error enseña, el error es una escuela, los fracasos son lecciones, ni más ni menos. Estás para equivocarte, para poder superarte, para poder caerte y levantarte, estás para aprender. El éxito pocas veces te va a mostrar cosas "a superar" porque es la superación, y seguramente esté construida con fracasos, con pequeñas batallas perdidas, porque ganar no siempre importa, ganar es la meta, no el camino.
Si cuando crecés, alguien te dice que equivocarse está bien, te da un comodín para jugar a tu favor, te da alas, te deja ser libre por un rato y te permite romper esas barreras impuestas por la supuesta gracia de un éxito. 
Nadie quiere vivir condenado al fracaso, pero dudo que nadie quiera vivir condenado al éxito, a la negativa de aprender, de crecer, de vivir plenamente.
Si sos consciente de lo que hacés, de lo que decís, de lo que pensás, si no hay lugar para tu arrepentimiento, el fracaso, el error, se vuelve mínimo, se vuelve aprendizaje, se vuelve calle, se vuelve vida.

Unknown

Phasellus facilisis convallis metus, ut imperdiet augue auctor nec. Duis at velit id augue lobortis porta. Sed varius, enim accumsan aliquam tincidunt, tortor urna vulputate quam, eget finibus urna est in augue.

No hay comentarios:

Publicar un comentario