Nada nos hace más ilusión que ese final feliz, luchamos todos los días, capítulo a capítulo para alcanzarlo, ese cierre hermoso donde todas las historias llegan a un punto de equilibrio, donde todos los personajes encontraron a su media naranja, o en algunos casos su medio limón, donde los villanos cosechan lo que han sembrado a lo largo de la historia.
Sin embargo la vida no es una telenovela, pero si es una gran historia, que empieza y termina con cada sol que sale y se pone.

Somos directores, autores y protagonistas de la novela, somos los encargados de elegir hacer un culebrón, un drama o una comedia. Y cualquiera de ellos está bien, mientras nos hagan felices.
Sueño con la vida de telenovela, sueño con el final feliz, pero no hay nada más reconfortante que saber vivir todos los días como un último capítulo, haciendo valer cada escena, cada momento, cada encuentro, como un gran final feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario