Le tengo terror al adiós, le tengo miedo a la puerta que se puede abrir después de que se cierra otra en tu espalda. Lo desconocido baila con una de las hermanas de la suerte, pero ahí está el punto, nunca sabés cuál eligió esa noche, si la buena o la mala.
Inundados de problemas, aturdidos por el ruido, gritando para escucharnos, así caminamos muchas veces, sin tener claro hacia donde vamos, porque cuando se pierde el norte, se pierde el sur, se pierde el este y el oeste, se pierde el sentido de ser y hacer ¿por qué? Porque lo desconocido está bailando la balada más lenta, haciéndote sufrir en la espera.
Fortalezas y debilidades, sentimientos encontrados, la angustia que se cruza con el alivio a la vuelta de la esquina, se mezclan lágrimas con sonrisas, nostalgia con futuro, un licuado de sentimientos que nadie se atrevería a tomar por su cuenta. Decir adiós es cambiar, es tener la valentía de no dejarse inundar, de silenciar hasta el ruido más penetrante, es saber hacia donde caminar sin perder ningún rumbo. Decir adiós es decidir por uno mismo, es tomar la pluma para empezar a escribir alguna de tus mil historias.
No se si hoy puedo evacuar la inundación, no se si puedo silenciar cualquier ruido, no se si se a donde voy, no tengo idea si estoy listo para decir adiós.
<3
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