Hay días en los que podes alegrar al resto, hacerlos reír, pensar en otra cosa y quizá hasta aconsejar sobre eso que ni vos mismo podes hacer. Pero hay días en los que las ganas de tirar todo por la borda superan al resto de las emociones, esas ganas locas de querer desaparecer de un momento a otro y no tener nada que ver con lo que sucede a tu alrededor, esos momentos en los que queres ser cualquier otra persona de este inmenso planeta, después te transformas con querer dormir hasta que todo pase y te das cuenta que no se puede dormir toda la vida, que aunque moleste, sea difícil hay que despertar. Pero pese a todo, hay algo que prevalece en cualquiera de estos estados, y que yo creo que es lo que nos mueve, la búsqueda de un poco de cariño, no todo el amor del mundo, no, un poco de cariño, no encontrar al amor de tu vida, no, un poco de cariño de tus seres más cercanos, esos con los que te despertas y con los que te acostas. Hacemos de todo para hacernos notar, para hacerles saber que acá hay alguien necesitando un abrazo, una palabra mínima, un algo, y uno grita, grita y vuelve a gritar, se enoja, grita más, se pone mal y vuelve a gritar, y ese intento de buscar amor, cariño, contención se vuelve en tu contra y terminas lastimando, y gritando más, sin escucharte, desatado, sin entender que pasa por tu cabeza. Esta mal gritar y no escuchar, esta mal gritar y no escucharse a uno mismo, pero si de vez en cuando no gritamos es peor, cada grito revotaría por dentro y lastimaría cada vez esa caja de cristal astillada a punto de quebrarse. Esos gritos que juegan tan en contra, por momentos son necesarios para protegerse y no terminar cayendo, pero mejor aún es cuando esos gritos hacen notar que todavía estas ahí, y al fin tenes lo que querías un poco de cariño, pero hay que ser consciente de que no es siempre así, o por decirlo más claro, la mayoría de las veces no es así.
About Me
Popular Posts
-
La injusticia duele, lastima, abre heridas y moja los ojos de los más duros, pero también es hábil, es inteligente y calculadora, se camufl...
-
Si me preguntás cuál es mi mayor miedo, te respondo sin dudarlo: decir adiós. Le tengo terror al adiós, le tengo miedo a la puerta que se ...
-
Nada te toca, nada te golpea, nada te hace tambalear, hasta que un día la estantería se sacude y todos los libros de la teoría caen por tu h...
No hay comentarios:
Publicar un comentario